Nació en Loreto, Baja California Sur, en 1832. Nieta de José Manuel Ruiz, fundador del puerto de Ensenada. Se casó en Monterey, California, en 1849 con el coronel Henry Stanton Burton, futuro héroe de la guerra civil estadounidense (1861-1865). Su vida constituye una metáfora de la transición de la California, antes mexicana y después estadunidense, a consecuencia de la anexión derivada de la guerra México-Estados Unidos. Es una de las novelistas estadounidenses más importantes del siglo XIX e inscrita, por su origen y temática, en la tradición de la literatura peninsular de Baja California. Autora de Who would have though it (Quien lo hubiera pensado, 1872) y The Squatter and the Don (El granjero y el hacendado, 1885). Su historia romántica que culmina en su matrimonio mexicano-estadounidense creó la balada “The maid of Monterrey”, que fue una de las más conocidas de su tiempo. En las revisiones históricas de la literatura estadunidense, la obra de Amparo Ruiz de Burton ha ganado preeminencia, como un antecedente relevante. Sobre todo ha sido reivindicada, como pionera en la literatura chicana o mexicoamericana, porque su obra de manera temprana hace una crítica y una sátira de los modos de vida y las estructuras de poder vigentes en la sociedad estadunidense. Además de las obra referidas, también escribió un nutrido epistolario y una obra teatral: Don Quixote de la Mancha: a comedy in five acts (Don Quijote de la Mancha: una comedia en cinco actos, 1876). De manera muy evidente, Ruiz de Burton fue un personaje muy adelantado a su época y una mujer que rompió convenciones sociales. Perteneciente a un estamento terrateniente, adinerado, posee la sensibilidad y la formación cultural para crear una obra literaria que somete a cuestionamiento lo que le tocó vivir. La colonización de estas tierras antes mexicanas, el despojo, el arribo de nuevas formas de convivencia; expresa además y de manera interesante, el proceso de construcción de la nación americana, después de la Guerra Civil, donde su esposo Harry S. Burton tiene un papel privilegiado. La parte final de su vida, es una expresión de las tensiones transfronterizas de su tiempo. Durante dos décadas luchó, a través de su equipo de abogados, porque se respetaran sus derechos de propiedad del rancho Jamul en San Diego y la herencia del rancho de Ensenada de Todos Santos, en México. Murió en Chicago, Estados Unidos en 1895.