Ignacio Zaragoza se cubrió de gloria en la épica batalla del 5 de mayo frente a la ciudad de puebla, conquistando para México el único triunfo que las armas nacionales han tenido contra un enemigo extranjero. En un país donde las derrotas abundan, llama la atención este joven riunfador que enfrentó a mejor ejército del mundo con un puñado de hombres humildes y mal armados a quienes alentó a la victoria que el mismo predijo al amanecer de esa jornada inolvidable en los anales de la patria.