Esta fiesta se lleva a cabo el 29 de septiembre; de manera particular en San Miguel Tzinacapan, ubicado en la Sierra Norte de Puebla, el festejo dura del 28 al 30 de septiembre. En estos días se realizan misas, cantos y danzas. Uno de sus momentos centrales es la celebración de la procesión de San Miguel Arcángel, acompañada por músicos, danzantes y peregrinos.
Durante los cuatro días que dura la celebración se realizan danzas en el atrio y al interior de la iglesia. Entre éstas danzas esta la de los Migueles, los Santiagos, los Quetzales, los Negritos y los Voladores.
La danza de los Migueles representa la lucha entre el bien y el mal, los Migueles personifican a San Miguel Arcángel, llevan la indumentaria de príncipes de la milicia celestial: túnica y capa de diversos colores, alas y cascos dorados. En la danza de los Santiagos se representa la intervención de Santiago Apóstol en la reconquista cristiana contra los moros pero adaptada a la cultura local: aquí la batalla se libra con los enemigos ancestrales. Para la danza de los Quetzales, los participantes utilizan penachos y trajes con bordados con cintas, chaquiras y lentejuelas, mientras un músico toca de manera simultánea una flauta de carrizo y un tamborcito. En la danza de los Negritos los danzantes utilizan camisa blanca y pantalón y sombrero negros con tiras de colores y llevan también paliacates. La danza de los Voladores es un ritual dedicado al Sol; es de origen prehispánico y, también se lleva a cabo en los estados de Veracruz y San Luis Potosí. En este ritual, cuatro hombres descienden desde una altura de más de 20 metros, con los pies al cielo y los brazos extendidos, girando alrededor de un mástil, colgados de una cuerda atada a su cintura, mientras que un quinto hombre toca al mismo tiempo, una flauta y un tamborcito, en lo alto del tronco.
Información proporcionada por:
Red Nacional de Información Cultural
u-do