Las artes plásticas como vocación le han dejado múltiples y grandes satisfacciones. Tuvo la fortuna de atinar al elegir el Instituto de Artes Visuales como escuela ya que le permitió encontrarse y capacitarse como sujeto creador y socialmente útil.

Para él, la experimentación, tanto con los materiales y las herramientas, es una necesidad prioritaria; la creación está en él como síntoma de la sensibilidad, de esta manera se rompen las formas tradicionales que estancan el trabajo estético.

En un lapso de tres décadas ha sido premiado en algunos certámenes con primeros y segundos lugares, esto le da la certeza de ir por buen camino, así como la motivación para intensificar el trabajo y seguir buscando consolidarse en un estilo propio y depurado.

Llegar a niveles excelsos en la pintura, requiere dar paso al dominio y la destreza de los lenguajes estéticos (impresionismo y naturalismo), en esto no hay gran facilidad, pero si se tiene la voluntad, se puede, al tiempo en que se cumplen las expectativas y los compromisos adquiridos en los diferentes espacios donde se han mostrado sus obras.

Tiene a su cargo el estudio 35 en el Barrio del Artista