Enrique Murillo… arquitecto
Texto de Carlos Flores Marini

Dentro del esquema preconcebido de nuestro hacer arquitectónico, pocas veces tomamos en cuenta la producción de profesionistas que viven y trabajan en provincia. Un caso singular lo constituye Enrique Murillo. Egresado de la UNAM, a cuya escuela de Arquitectura llegó a estudiar este xalapeño, que solo abrevó en la dinámica metropolitana el tiempo que le ocuparon sus estudios profesionales. Al concluir estos Murillo se reintegró a su terruño donde tiene más de 35 años de ejercer y trabajar. Quiere decir que es ejemplo del profesionista que conoce y valora las condiciones particulares de su medio de trabajo; Xalapa-Tlacotalpan, en este contexto hay que ubicar la obra de Enrique Murillo, un hombre que sus antecedentes tlacotalpeños le permitieron sensibilizarse con las características particulares de ambas ciudades, lo que le ha permitido abordar un lenguaje arquitectónico donde es clara su expresión regional. Aunado a ello los tiempos de reflexión y estudio le han permitido incursionar en los terrenos de la creación pictórica y escultórica, lo que ha contribuido a sensibilizar con detalles complementarios su obra arquitectónica, donde se denota su formación integral.

Si bien la obra que lo reconoció nacionalmente fue la Central de Autobuses de Xalapa (CAXA), sus invariantes arquitectónicas se venían gestando desde obras tempranas como el restaurant La Pérgola de la ciudad de Xalapa, donde ya expresa una de sus constantes: el jugar con desniveles, que en el caso de la capital veracruzana son frecuentes por su topografía, pero que Murillo acentúa para llegar a efectos logrados de dobles niveles o terrazas escalonadas. Solución clara en su estructura y congruente en el medio ambiente, donde utiliza trabes de madera que denotan su fino perfil al apoyarse en esbeltas columnas de concreto, mediante conectores cromados que le dan un aire de ligereza a toda la techumbre. En la Casa Roldán, de la misma ciudad, Murillo alberga bajo un mismo techo de gran pendiente a los diferentes espacios de la casa, usando en forma intensiva la madera, tanto en la techumbre como en las vigas complementarias que descansan en los apoyos centrales en concreto.

La Secretaría de Finanzas del estado representó para Murillo el primer gran reto con un programa complejo y basto que superaba con creces su labor edificatoria de casas habitación y edificios de apartamentos, la solución limpia y fluida demostró su capacidad interpretativa, pero aún más, logró algo que muy pocos edificios tienen: hacer una construcción con carácter y sobre todo con alegría, como los veracruzanos. Sus extendidos volados y el sistema constructivo empleado, dan al edificio una ligereza poco usual en nuestra arquitectura, pero no por ello pierde su fortaleza y su personalidad. La Ballena Emplumada es otra de sus obras distintivas.

La obra premiada de CAXA es la conjunción plena de su experiencia de 25 años, donde a través de una solución de fácil comprensión, el resultado es de un alto valor plástico y fuerte carácter, con imagen y escala acordes al paisaje y al entorno. Murillo tiene una labor profesional en continuo ascenso, representa al arquitecto de vanguardia que sigue nutriéndose de una fuerte influencia regional.

Murillo trabajó siendo estudiante en los despachos de: Arq. Luis G. Rivadeneyra, Arq. Jaime Ortiz Monasterio y Arq. Julio de la Peña. Como proyectista en el Comité de Administración de Escuelas y en la Secretaría de Salubridad y Asistencia. Desde 1970 reside en Xalapa, donde tiene su despacho. Su obra ha sido publicada en Arquitectura en México; México. Nueva arquitectura; M Memorias de la bienal arquitectura mexicana y en la revistas Construcción y Tecnología y Obras. Por su labor ha recibido numerosos reconocimientos, entre los que destacan medalla de oro y el primer premio de la Bienal de Arquitectura 1990. (Del libro Xpresión plástica. 35 artistas veracruzanos).