LA ESCASES de las fuentes documentales sobre el trabajo del Chato Juárez puede causar la impresión de que su importancia es mínima.
Pero la impresión cambia al escuchar las entrevistas y leer los testimonios de quienes tuvieron el privilegio de tratar directamente a uno de los personajes más queridos en nuestro medio artístico, especialmente en el musical. La parquedad documental de paso a una abundancia sustentada en la prolongada convivencia con el hombre y el músico, el padre y el hermano, el maestro y el amigo, todos enlazados en una presencia siempre generosa, vivísma, en la que todas esas facetas se integraban para entregar una riqueza humana excepcional.