Aquí y allá, brilla una malicia alimentada lo mismo por la conmiseración que por la crueldad. La clave de estos cuentos descansan en el frágil destino de sus criaturas, estoicas o cínicas, pero invariablemente contaminadas por el misterio de su santidad caída. Aquí caben todas las sutiles transgresiones cotidianas que nos revelan la ineludible soledad e incomunicación humanas. Así, la muerte puede hacernos bromas crueles, el goce suele trocarse en el dolor de la pérdida, lo banal nos lleva a la violencia, los idealismos fetichistas siembran en nuestra vida enigmas equívocos. Premio Nacional de Cuento Joven Julio Torri 2002, 2003.