Durante un siglo, cientos de trabajadores yucatecos vivieron y laboraron en haciendas henequeneras. En su mejor época, en el periodo que abarca el régimen de Porfirio Díaz, se registraron más de mil 200 de estos centros de producción, ubicándose en un radio de 80 kilómetros alrededor de la ciudad de Mérida. La industria del henequén, durante ese largo periodo, fue determinante en el estado; en torno a ella giraba el resto de las actividades económicas, teniendo gran influencia en la política y, en parte, en la cultura. A finales de los treinta, mediante un decreto de reforma agraria instrumentada por el presidente Cárdenas, se crearon ejidos en 75% del territorio que pertenecía a los hacendados. Este libro obtuvo la Mención de Honor en el Concurso de Ensayo Carlos Echánove Trujillo 1996.