Esta fiesta se dirige a los Santos Patronos de la comunidad San Pedro y San Pablo, y empieza cinco días antes del 29 de junio. Tanto en Xalau como en Chemax, Kanxoc, Xocén, Xuilub y Xaxché, ha sobrevivido una tradición yucateca antigua, según la cual se ejecuta la corrida de toros con rejones y a pie.

Así, la corrida como tal, en las comunidades mayas constituye un sacrificio con significado místico religioso y es un punto importante en las buenas relaciones con los seres sobrenaturales; de esta manera tiene un propósito espiritual a distinción de su versión española cuyo objetivo es únicamente una diversión taurina con ganancia económica.