Neé Emelia Pérez Castellanos nació en La Habana, Cuba, el 10 de noviembre de 1926. Su nombre artístico lo tomó de la legendaria cortesana Ninón de Lencios. Comenzó a bailar en centros nocturnos y cabarets en su país natal. Llegó a México en 1946 para integrarse a la industria cinematográfica. Aunque desde un principio se distinguió por la excentricidad de sus peinados y su forma de vestir, fue el cineasta Alberto Gout quien la consolidó como figura erótica del cine mexicano, consagrándose como actriz gracias a la mítica cinta Aventurera (1949). Fue la primera rumbera en llegar a México, lo que hizo junto al músico Dámaso Pérez Prado, quien puso de moda el ritmo del mambo. Fue reconocida como la reina de las rumberas, lo que la llevo a hacer muchos papeles en los que tenía que bailar. Ella se encargaba de las difíciles coreografías de sus películas y fue la primera actriz en introducir movimientos alusivos a la santería en sus bailes. Durante su carrera trabajó con los cineastas y los actores más reconocidos de México y se convirtió en un símbolo sexual y en una gran estrella. Su éxito la llevó a ser admirada en países como Brasil y Francia. Con el declive del cine mexicano a finales de los años 50 se retiró de la industria, pero regresó en los 80 con la cinta Noche de carnaval (1984), de Mario Hernández, que la hizo merecedora de un Ariel por su actuación.