Seris
Población
Población Total
628
Distribución de la población en el territorio
Sonora (628)
Cantidad de localidades
2
628
Distribución de la población en el territorio
Sonora (628)
Cantidad de localidades
2
Presentación
El territorio konkaak tenía, antes de la llegada de los españoles, como límites naturales el mar, las cadenas montañosas y el desierto de Encinas. Sobre la costa desértica, hacia el sur, limitaba con el río Yaqui, al norte con el desierto de Altar, al este llegaba hasta Horcasitas y al oeste, además de la costa, ocupaba islas cercanas como Tiburón, San Esteban, Patos y Alcatraz. El área que recorría el grupo abarcaba lo que actualmente son catorce municipios de Sonora, pues era un pueblo nómada cuya movilidad giraba en torno a los recursos acuíferos y a los ciclos de la flora y fauna básicos para su supervivencia.
Por su cultura, los konkaak eran la antítesis de lo que necesitaban los españoles: su territorio no era fácilmente aprovechable, no tenían riquezas acumuladas, no producían lo suficiente para hacer redituable la conquista y eran inútiles como mano de obra para cultivar y servir, ya que desconocían esas actividades. Por ello, los seris conservaron durante más tiempo que otros pueblos indígenas, su autonomía y su cultura. Posteriormente ante el fracaso de evangelizarlos, los españoles primero y los mexicanos más tarde, reaccionaron ante los konkaak, no con políticas de conquista y colonización, sino de exterminio. Eso condujo al aniquilamiento casi total del grupo. Debido a esto, muchos seris se refugiaron en la isla Tiburón, La escasez de agua y animales para la caza, además de diversas enfermedades, fueron los factores predominantes para que los seris abandonaran su refugio en la isla Tiburón y volvieran a incursionar en tierras continentales, primero para contratarse temporalmente como armadores (comerciantes de pescado) y rancheros, después para establecerse definitivamente. Entre las causas externas que permitieron su retorno con éxito está principalmente la crisis de 1929, que provocó grandes migraciones de pobladores empobrecidos hacia ciudades y centros agrícolas del norte y noreste del país, lo que aumentó el consumo de pescado y otros productos marinos de menor precio que la carne de res.
Desde ese momento, los seris empezaron a tener como elemento esencial de su economía el intercambio comercial y la utilización del dinero en sus operaciones de mercado. Con ello se inicia un periodo en el cual se suceden con mayor velocidad y profundidad los cambios en su estructura organizativa y cultural. En 1936 el entonces presidente de la República, general Lázaro Cárdenas, atendiendo a sus demandas de apoyo, promovió su organización en cooperativas de pescadores, les proporcionó el equipo necesario y los concentró en el poblado de Bahía Kino. Sin embargo, al irse colonizando cada vez más este poblado por pescadores no indígenas, los seris se trasladaron a Desemboque, usando como campamentos ocasionales algunos campos intermedios. En 1970 fue reconocido su territorio cuando el presidente Luis Echeverría les dotó en ejido una franja costera de 91 000 ha, lo que corresponde al 0.5% de la superficie total del estado. En 1975, con varios decretos más, el mismo presidente declara el Canal del Infiernillo como zona de pesca exclusiva seri, y les otorgó simbólicamente como posesión comunal la isla Tiburón, decretada a su vez como zona de reserva ecológica.
Por su cultura, los konkaak eran la antítesis de lo que necesitaban los españoles: su territorio no era fácilmente aprovechable, no tenían riquezas acumuladas, no producían lo suficiente para hacer redituable la conquista y eran inútiles como mano de obra para cultivar y servir, ya que desconocían esas actividades. Por ello, los seris conservaron durante más tiempo que otros pueblos indígenas, su autonomía y su cultura. Posteriormente ante el fracaso de evangelizarlos, los españoles primero y los mexicanos más tarde, reaccionaron ante los konkaak, no con políticas de conquista y colonización, sino de exterminio. Eso condujo al aniquilamiento casi total del grupo. Debido a esto, muchos seris se refugiaron en la isla Tiburón, La escasez de agua y animales para la caza, además de diversas enfermedades, fueron los factores predominantes para que los seris abandonaran su refugio en la isla Tiburón y volvieran a incursionar en tierras continentales, primero para contratarse temporalmente como armadores (comerciantes de pescado) y rancheros, después para establecerse definitivamente. Entre las causas externas que permitieron su retorno con éxito está principalmente la crisis de 1929, que provocó grandes migraciones de pobladores empobrecidos hacia ciudades y centros agrícolas del norte y noreste del país, lo que aumentó el consumo de pescado y otros productos marinos de menor precio que la carne de res.
Desde ese momento, los seris empezaron a tener como elemento esencial de su economía el intercambio comercial y la utilización del dinero en sus operaciones de mercado. Con ello se inicia un periodo en el cual se suceden con mayor velocidad y profundidad los cambios en su estructura organizativa y cultural. En 1936 el entonces presidente de la República, general Lázaro Cárdenas, atendiendo a sus demandas de apoyo, promovió su organización en cooperativas de pescadores, les proporcionó el equipo necesario y los concentró en el poblado de Bahía Kino. Sin embargo, al irse colonizando cada vez más este poblado por pescadores no indígenas, los seris se trasladaron a Desemboque, usando como campamentos ocasionales algunos campos intermedios. En 1970 fue reconocido su territorio cuando el presidente Luis Echeverría les dotó en ejido una franja costera de 91 000 ha, lo que corresponde al 0.5% de la superficie total del estado. En 1975, con varios decretos más, el mismo presidente declara el Canal del Infiernillo como zona de pesca exclusiva seri, y les otorgó simbólicamente como posesión comunal la isla Tiburón, decretada a su vez como zona de reserva ecológica.
Artesanías
Consiste actualmente en el tallado en madera de palo fierro, el tejido de coritas (canastos) por lo que son reconocidos y la elaboración de collares.
La elaboración de las coritas es una actividad que se practica desde la época prehispánica. Sus formas tradicionales son globulares o extendidas; su producción es muy laboriosa, ya que exige una gran inversión de tiempo, que varía entre un mes, si es pequeña (20 ´ 20 cm), hasta uno o dos años si es muy grande (1.5 ´ 1.5 m). Cuando se termina una de estas piezas se hace una ceremonia especial. Debido al elevado costo de las coritas, en especial las grandes, son compradas principalmente por extranjeros.
Los collares, son de variados diseños, se elaboran con caracoles, conchas, vértebras de víbora de cascabel y de pescado, semillas y, también con chaquira. Es un trabajo artesanal que, al igual que los otros, ocupa un tiempo más o menos constante entre las mujeres.
Los collares, son de variados diseños, se elaboran con caracoles, conchas, vértebras de víbora de cascabel y de pescado, semillas y, también con chaquira. Es un trabajo artesanal que, al igual que los otros, ocupa un tiempo más o menos constante entre las mujeres.
Festividades
Las festividades más importantes son las de pubertad, la llegada de la caguama de los siete filos, los ritos de muerte y los asociados con el inicio del año nuevo seri y el término de la elaboración de las coritas (canastos). Para la organización de sus fiestas continúa presente la cooperación de los miembros de la tribu a la cual le designan el nombre de amaj.
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Fecha de última modificación: 12 de diciembre del 2019, 8:34
Información proporcionada por:
Red Nacional de Información Cultural
Coordinación Nacional de Desarrollo Institucional/SIC
u-nphv
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