Socorro Sáenz Astol de Sánchez Navarro nació en la Ciudad de México. Desde niña estuvo vinculada al teatro por lazo de sangre, ya que su señora madre, también llamada Socorro Astol, chilena de nacimiento, era una gran actriz. Sólo completó la primaria debido a la vida agitada de la artista y al salir del sexto año el teatro fue su escuela. Tuvo su primera actuación al lado de Virginia Fábregas. Recién casada, mientras actuaba en Cuernavaca junto a su esposo Manuel Sánchez Navarro,realizó una gira nacional formando parte de la Carpa Rosas. Su medio hermano, Fernando Soto Mantequilla, la invitó para que entrara al cine, pero jamás abandonó el teatro. En el escenario representó papeles de reina, suegra y criada. En 1938 la Carpa Rosas llegó a Culiacán. Su repertorio incluía las obras Amor de madre, Tierra baja, y Malditas sean las mujeres. Socorro Astol y su esposo adquirieron su propia carpa a la que le pusieron por nombre Teatro Rodante Colonial Socorro Astol, y recorrieron pueblos y ciudades del país. Pusieron en escena obras como Genoveva de Brabante, Cuando los hijos se van, Qué malas son las mujeres, Dueña y señora y Los hijos crecen. A partir de 1948 se quedó a radicar en Culiacán. En 1951 se entregó a impulsar el teatro de aficionados, y su esposo se dedicó a explotar un cine ambulante. El director de la Biblioteca Abelardo Medina, facilitó la segunda planta de este inmueble y así nació el Teatro Experimental Sinaloense (TES), de donde habrían de surgir figuras como Ramón Almeida, Armando Pazos, Marcia Guerrero, Chita Penne, Keity Sánchez, Octavio Esquerra, Antonio García, Jorge Macías, María Dolores Valdés Jacobo, Isidro Ibarra Petris y Felipe de la Lama. El TES fue invitado por el INBA a participar en un concurso nacional de teatro. Montó la obra En silencio, de Conchita Sada, que obtuvo el segundo lugar. Luego, presentó en Puebla, Cuidado con las arañas, del sinaloense, Joaquín Noris Saldaña. En 1958 el grupo se presentó en Monterrey con La mujer no hace milagros, de Rodolfo Usigli. En 1962, Rafael Solana, presidente de la Agrupación de Críticos Teatrales, le entregó un diploma a nombre de la Unión Nacional de Autores en reconocimiento a su infatigable labor de muchos años dentro del teatro mexicano. De 1972 a 1983 codirigió el Teatro Universitario Sinaloense con Manuel Sánchez Navarro, con el que montó más de veinte obras de teatro de autores nacionales y extranjeros. Socorro Astol entregó su vida al teatro sinaloense y sembró inquietudes y orientó vocaciones. Sufrió una embolia cerebral que la retiró del mundo teatral; sin embargo, su fuerza de voluntad le permitió eludir tamaña prueba y volvió al quehacer de su gran amor, con el apoyo de su familia.