El edificio es conocido como Casa de la Moneda (también como la Casa de la Maza). El insurgente Mariano Jiménez, en diciembre de 1810, mandó troquelar ahí algunas monedas provisionales de plata. Finalmente don Santos de la Maza se asoció con los García y Cortina de Tampico, que habían logrado el permiso de Benito Juárez para manejar la Casa de Moneda de San Luis Potosí y establecer otra en Real de Catorce. En 1863 don Santos logró adquirir un lote destinado a la venta de carbón, frente a la parroquia, y la construcción del edificio se inició ese mismo año. La maquinaria se importó de Filadelfia, Estados Unidos. Se le solicitó al general Tomás Mejía permiso para concluir y poner en marcha la Casa de Moneda, la cual empezó a dar servicio en enero de 1865. Solo operó 14 meses, pues, temiendo Maximiliano que Juárez se apoderase de ella, ordenó su clausura.

La Casa de la Moneda y la casa de la familia De la Maza se ubican en la misma edificación, que se conforma por tres niveles o pisos y queda adosada a la pendiente o ladera del cerro. A la Casa de la Moneda se accede por la escalinata ubicada frente al Templo de la Purísima Concepción; además, existe un acceso a las áreas de bodegas o de almacenamiento por la calle Leandro Valle.

A la casa de la familia De la Maza se accede por la calle de Lanzagorta, la cual conduce a una escalera que se conecta con los diferentes salones.

En la Casa de la Moneda, el encuentro con el neoclásico (salvo algunas variantes arquitectónicas del barroco tardío) se da en los balcones y columnas de las esquinas, que rematan en pequeños atlantes, así como en la introducción del hierro en las edificaciones, que se aprecia en las columnas, los barandales y el pozo, materiales que fueron traídos desde Francia.

Inmediata a la terminación de la edificación, inició su corto periodo de acuñación, del cual se conservan pocas monedas.

Las monedas acuñadas en Real de Catorce son del año 1863 (aunque el proceso no se realizó en esta construcción, sino en pequeños talleres) y de 1808, 1811, 1817 y 1823. Existen monedas acuñadas en honor a Maximiliano, pero fueron escasas o pruebas solamente.