Al noroeste del faro de Punta Celarain se encuentra la llamada Tumba del Caracol, un vestigio arqueológico dedicado a Ixchel, deidad de la cultura maya. Esta estructura, construida por los mayas en el periodo posclásico está dotado de una cúpula que a su vez estuvo recubierta de caracoles marinos que producían un zumbido con los vientos fuertes. Funcionaba el conjunto como una especie de alarma, advirtiendo sobre la intensidad de los vientos en la isla.

Se ubica en la costa sur de la isla, a 30 km del poblado de San Miguel. Localidad o poblado más cercano Xkaliahche. Aquí podrá observar los vestigios arqueológicos de El Caracol, un antiguo adoratorio maya, así como una construcción que probablemente funcionaba como un observatorio desde el cual, los antiguos pobladores de la isla podían predecir la llegada de huracanes o tormentas.

El sitio data del posclásico tardío -1200/1500 d.C.-, y constituye el más notable vestigio de una serie de marcadores y construcciones elaboradas por los Itzaes, quienes se caracterizaron por señalizar puntos importantes, como arrecifes y entradas del mar a las lagunas. El Caracol servía como capilla, punto de orientación del tráfico marítimo, y lugar de enlace con el resto de la isla. El sitio se compone de 3 estructuras principales, constituidas por 2 templos y un altar. El caracol es una bien preservada estructura construida entre el 1200 y 1400 d. C., usada por los mayas como señal de aproximación de los huracanes. En concreto el caracol es un silbato que se accionaba por los vientos que pasaban a través de las conchas marinas para advertir a los navegantes a que se refugiaran del mal tiempo.

Entrada libre.

La utilización de videocámara y cámara profesional están sujetas a pago de derechos.

Debido a que el INAH no cuenta con personal en el sitio de manera permanente, la visita debe solicitarse al menos con cinco días de anticipación.