Alfarería y cerámica
Barro vidriado

Ollas, charolas, cazuelas, juegos de agua, vajillas.

Barro rojo, óxidos y pigmentos cerámicos, greta o litargirio de plomo, esmalte libre de plomo.

Manos, torno rústico, moldes, pincel de pelo de gato.

Se prepara el barro y dependiendo la forma se usan moldes o torno. Se dejan secar las piezas y pasan por el sancocho. Posteriormente se decoran, se aplica el vidriado o el esmaltado y reciben el segundo horneado.

El barro vidriado utilitario para cocinar alimentos y guardar agua conforma la raíz de la tradición alfarera.

El auge comercial comenzó en los setenta del siglo XX. Las ollas tradicionales se distribuyeron en plazas y mercados populares. Con el apoyo oficial y los concursos surgieron decoradores de piezas únicas y minucioso decorado. En esta época se inició la elaboración de vajillas.

Entre los setenta y los ochenta del siglo XX se introdujeron algunos hornos para alta y media temperatura, con el objetivo de sustituir el plomo y la leña.
En los noventa del siglo XX y la primer década del siglo XXI se introduce el esmalte libre de plomo para baja temperatura, para ser quemada con leña o gas; sin embargo, ha sido paulatina su adopción.

Diversos artesanos han obtenido importantes premios locales, estatales y nacionales, particularmente con el trabajo de punteado, y en años recientes en la categoría de barro esmaltado libre de plomo.
Varias organizaciones se han unido y realizado los Registros de Marca Colectiva Alfarería tradicional de Capula y Alfarería punteada de Capula.

El quehacer de un pueblo: artesanías de Michoacán, Casa de las Artesanías de Michoacán, México, 1986.
A guide to Mexican Ceramics, Editorial Minutiae Mexicana, México, 1986.