Desde su fundación en 1890 se proyectó una fuerte inversión para su planta productiva. Bajo proyecto del ingeniero norteamericano Schneider se desarrolló este edificio a lo largo de varios años. Alrededor de 1910, después de un incendio que acabó con buena parte de la fábrica, el edificio principal de la cervecería ya lucía tal como se aprecia hoy. Debido a la naturaleza fabril de este conjunto, a lo largo de los más de 110 años de existencia, muchos edificios se construyeron y demolieron para mejorar los procesos de fabricación, de modo que la parte antigua de la cervecería es sólo aquello que pudo sobrevivir a esos cambios. El edificio fue un logro de la ingeniería en la época y una de las estructuras más altas de la ciudad por años. No muestra tanta profusión en los detalles ornamentales de sus fachadas como los había en los edificios contemporáneos del centro de la ciudad. No obstante su carácter fabril, el ingeniero diseñador ordenó la composición usando el método academicista, dando ritmo uniforme a sus fachadas y cierta simetría ayudado con las múltiples posibilidades plásticas del ladrillo rojo.