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Museo Nacional de las Culturas del Mundo

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Museo Nacional de las Culturas del Mundo
Secretaría de Cultura/INAH


Moneda 13
Centro Histórico
CP 06060
Cuauhtémoc, Cuauhtémoc, Ciudad de México
Tels.: 55 5510 9922, 55 4166 0770 ext. 414200 y 414201

direccion.mncm@inah.gob.mx, difusion.mnc@inah.gob.mx
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@MuseoCulturas
Horarios y costos

Martes a domingo de 10 a 18 hrs.
Entrada libre.

  • Prohibido fumar
  • Prohibido ingresar alimentos
  • Prohibido mascotas
  • Prohibido usar flash

Datos generales

En 1825, el primer Presidente de México, General Guadalupe Victoria, asesorado por el historiador Lucas Alamán, dispuso la fundación del Museo Nacional. Posteriormente el Emperador Maximiliano de Habsburgo, por medio de un decreto, establece en 1865 que las colecciones y objetos del México prehispánico, y los de historia natural, fueran resguardados en este museo que antes albergó las llamadas “casas denegridas” de Moctezuma II, donde se dice que el gobernante azteca meditaba sobre los asuntos de gravedad que estremecían a la gran Tenochtitlan.
Este recinto, que a partir de 1965 alberga al Museo Nacional de las Culturas, fue también la primera Casa de Moneda durante la Colonia; alojó en la época juarista a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y durante un siglo fue un centro importante de iniciativas para documentar la historia y realizar investigaciones sobre arqueología, etnografía, historia y estudios que fundamentaron las exposiciones en sus salas, contribuyendo así al desarrollo de la identidad nacional.
Sus importantes colecciones dieron lugar a la fundación de otros importantes museos como el primer Museo de Historia Natural en el edificio del Chopo, el Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec en 1940, el Museo Nacional de Antropología en 1964. Al Museo Nacional de las Culturas del Mundo le corresponde la labor de investigar, conservar y difundir un rico acervo arqueológico, histórico y etnográfico que cuenta con más de 17 mil objetos de origen internacional. Estas colecciones han llegado mediante donaciones y préstamos de universidades, museos y personas de todo el mundo. Es un museo concebido para propiciar el conocimiento y el respeto a la diversidad cultural desde una visión histórica, antropológica y estética.
Actualmente el museo cuenta con las salas permanentes de Medio Oriente Antiguo (Egipto faraónico, Persia, Levante y Mesopotamia); Mediterráneo (Grecia clásica y Roma antigua); China, Corea, Japón y Türkiye. Además, la institución impulsa un dinámico programa de exposiciones temporales. En sus espacios se organizan diversas actividades educativas, artísticas y académicas.
Salas de exhibición

Recorrido

Este museo es único en América Latina debido a su temática y a sus colecciones, enfocadas en la difusión de la diversidad cultural del mundo. La historia de su acervo es interesante, ya que procede de la amistad de México con otras naciones. El recorrido está distribuido en tres grupos de salas:


Arqueológicas e históricas

Prehistoria
Se muestra el desarrollo de nuestros antepasados, las variaciones de su constitución física y la forma de vida de las especies que nos antecedieron. El rasgo fundamental de los primeros hombres, llamados Homo habilis, fue sin duda la cultura, patente en su destreza para transformar el medio ambiente con formas aprendidas y compartidas de conducta únicas en el reino animal. Se exhiben algunas de las manifestaciones culturales más significativas, como la fabricación de herramientas y la elaboración de pinturas y esculturas, evidencias de la capacidad de aprendizaje y simbolización.


Civilizaciones agrícolas
Hace aproximadamente seis mil años se desarrollaron grandes regiones agrícolas: Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates; Egipto, en las márgenes del río Nilo; la planicie regada por el río Indo, y China, en los valles y llanuras cercanas a los ríos Hoang Ho (Amarillo) y Yang Tsé. En épocas más recientes aparecieron en América dos grandes focos de civilización agrícola: Mesoamérica y el área andina.


Mesopotamia. La tierra entre ríos
Mesopotamia es el nombre que, a inicios de nuestra era, los griegos dieron al territorio entre el Éufrates y el Tigris, específicamente en su curso bajo, desde la desembocadura en el Golfo Pérsico hasta el centro del actual Iraq, donde los ríos corren más caudalosos a través de la árida llanura. Corriente arriba, el curso medio y alto de los ríos aislaba del desierto sirio-arábigo al oeste, y de los Montes Zagros y la meseta iraní al este, enmarcando una isla, de donde toma su nombre en árabe este territorio. Comunidades campesinas s tuvieron que poner en práctica su experiencia agraria, construyendo canales que transformarían un paisaje de marismas y humedales en otro de campos de cultivo. La producción agropecuaria de Mesopotamia destacó así sobre las regiones circundantes, permitiendo el incremento de la población hasta la aparición de las primeras ciudades.


Egipto faraónico. La vida en las dos tierras
En el noreste del continente africano, en las riberas del río Nilo, floreció hace más de cinco milenios una de las más importantes culturas del mundo antiguo: el Egipto faraónico. Era primordialmente una cultura agrícola/ganadera por lo que su vida estaba íntimamente ligada a la naturaleza, en especial al ciclo del Nilo, que se desbordaba anualmente depositando un limo fertilizante al que se le denominaba kemet “la tierra negra” nombre original de Egipto. Gracias a la organización del trabajo en comunidad, surgió un Estado teocrático que contaba con una serie de instituciones administrativas y religiosas que velaban por que se mantuviera el ma´at “el orden, la justicia y la verdad” el concepto en el que se basó la cultura egipcia y que significó bienestar social durante los periodos de esplendor. Esta muestra invita a conocer los aspectos más representativos de la fascinante cultura del Egipto faraónico; la cual constituye una de las más ricas raíces de la cultura occidental.


Corea. La Tierra de la Calma Matutina
La cultura milenaria de Corea traza su origen legendario al momento en que Dangun, nieto del dios del Cielo, fundó el Estado arcaico de Go-Joseon (Ko-Choson), de donde deriva el calificativo que la hace ser conocida como “la Tierra de la Calma Matutina”. Debido a su ubicación geográfica en el este de Asia, a lo largo de su historia Corea fue vulnerable a invasiones y a la influencia cultural de sus vecinos.
En las manifestaciones artísticas de los coreanos priva un sentimiento de libertad, del ritmo natural de la vida donde campean sus aspiraciones espirituales y estéticas, así como su profundo sentido de identidad nacional. Este espacio ofrece un acercamiento a las creencias y costumbres tradicionales, ilustradas con obras que datan desde el Neolítico hasta principios del siglo XX. Destacan ofrendas funerarias, pinturas, instrumentos musicales, indumentaria y porcelana verde celadón, piezas que distinguen al arte de Corea y que constituyen aportaciones culturales sobresalientes.

China. el país del centro
De la cosmovisión del pueblo chino se desprendieron sus creencias y símbolos, reflejados en el taoísmo y el confucianismo. Las ideas del mundo divino y natural, la vida y la muerte, la veneración a los ancestros, entre otras múltiples concepciones, han sido fuente de inspiración e inagotable creatividad.
Hace 5,000 años, esa ideología conformó la base de lo que los chinos aún consideran su máximo signo de civilización: la escritura. También fue fundamento para el desarrollo de inventos y avances tecnológicos, plasmados en artes tradicionales como la pintura, la poesía, la caligrafía, la escultura, la música y la danza. El bronce, la seda y la porcelana, entre otros, fueron materia prima para su extraordinario impulso creativo, mismo que motivó a los chinos a recorrer el mundo y transmitir su legado cultural.


Arqueología de América
Hace aproximadamente cinco mil años parte de la población americana se dedicaba ya a la agricultura como actividad principal. Dos fueron las grandes regiones agrícolas: Mesoamérica y el área andina, que basaron su economía en sistemas de riego para producir maíz, frijol, calabaza, chile, cacahuate, papa y mandioca. Se domesticaron animales como el guajolote, el perro y el cuyo para el consumo y la llama, alpaca, vicuña y guanaco para el transporte y la obtención de fibras textiles. En Mesoamérica se desarrolló un sistema que demandaba tributo a los pueblos dominados: los hallazgos arqueológicos encontrados en los entierros de personajes destacados atestiguan la importancia de esta práctica, como evidencian los objetos de cerámica y jade exhibidos, además de conchas marinas, plumaria, cuentas de coral y turquesa.


Históricas

Cultura grecorromana
Uno de los elementos de toda cultura es la mitología, que explica los orígenes, valores y características de cada pueblo: la civilización grecorromana desarrolló mitos que perduran hasta nuestros días y reflejan su concepción del hombre. En esta cultura politeísta llamaba la atención la apariencia humana de sus deidades, que además de tener las cualidades y defectos de los hombres eran inmortales y poderosas. Su presencia e intervención en la vida diaria y los asuntos terrenales eran tan fuertes que se les rendía culto por medio de ofrendas, sacrificios y plegarias. Los dioses simbolizaban a las fuerzas naturales, a las actividades económicas y a los sentimientos y comportamientos del hombre. Fue común su representación en pinturas, cerámica, monedas y esculturas. En esta sala se aprecian reproducciones de Poseidón, Atenea y Hermes. Puesto que las tierras griegas no son muy fértiles, sólo se cultivaban el olivo, la vid y el trigo. En contraparte, su posición en el Mediterráneo favoreció el comercio marítimo, gracias al cual sus habitantes recibieron la influencia de Asia, el noreste de África y el resto de la Europa mediterránea.


Japón. La Tierra del Sol Naciente
Se ofrece un panorama histórico que explica el largo aislamiento de la cultura nipona hasta mediados del siglo XIX. De igual manera se expone el arraigo a sus tradiciones, que persiste en nuestros días. La organización social de Japón desde el siglo XVII hasta mediados del XIX, conocido como periodo Tokugawa, era jerárquica y rígida. Los samurái, cuyo vistoso atuendo de guerra los identificaba (algunos ejemplos se muestran en sala), constituían una clase social integrada por cortesanos y guerreros y, por debajo de ellos, los campesinos, artesanos, pescadores y comerciantes. Existía una monarquía absoluta, con dualidad de poderes: el emperador, que residía en Kioto, con funciones religiosas, y el shogún, con residencia en Tokio, que ejercía el poder político.


Türkiye. Crisol de culturas
Anatolia es una penillanura rodeada al sur por su costa más suave, la mediterránea, con llanuras aluviales. Al oeste por la accidentada costa egea, con predominio de los acantilados y comunicada con la meseta interior a través de una serie de valles. Al norte, la costa del Mar Negro es abrupta, montañosa y boscosa. El límite oriental lo marcan las montañas que se unen al Cáucaso. En cuanto a la penillanura central, es semiárida, aunque tiene algunos lagos con cuencas fértiles que hoy son depósitos de agua salobre. La mitad norte de Anatolia la recorre el Kızılırmak, o Río Rojo, del suroeste al norte, a la costa del Mar Negro. En el sureste de la meseta destaca la fértil llanura de Konya, con sus minas de oro.
Como consecuencia de esta diversidad geográfica, la cultura de los pueblos que la han habitado a lo largo de la historia ha sido también rica y variada. Las piezas que observarás en esta sala son el fruto de las distintas formas de vida de estos pueblos.

Etnográficas

El levante. Entre nómadas y sedentarios
El Levante comunica Egipto con Mesopotamia y Anatolia. Esta situación geográfica permite el desarrollo de ambientes muy distintos en la misma región. Frente al clima mediterráneo de la costa, se alzan las verdes cordilleras paralelas del Líbano y anti Líbano con sus picos nevados en invierno. Entre ellas, el río Jordán fluye de norte a sur en un valle de clima subtropical. Más hacia el este, las montañas crean una sombra pluvial que se proyecta sobre el gran desierto Sirio-arábigo, del que forman parte las regiones del Naqab y el Sinaí.
Este dimorfismo ambiental hizo que la adaptación de las poblaciones a su medio también fuese variada. Mientras que las poblaciones de los valles y de la costa desarrollaron un modo de vida campesino, basado en la agricultura de cereales como el trigo y la cebada, junto con especies mediterráneas como la vid y el olivo, las comunidades que se adaptaron a la vida en los márgenes del desierto tenían y tienen una vida basada en la ganadería trashumante de ovejas y cabras, mudando entre las zonas agrícolas en la estación seca estival y los pastos y estepas en la húmeda invernal-primaveral. Desde los pastores de la llamada cultura ghassuliense a finales del V e inicios del IV milenio a.C., a los clanes beduinos de la actualidad, las relaciones con las poblaciones sedentarias han estado marcadas por el comercio y el intercambio, no siempre exento de tensiones.

Norteamérica
Está organizada en las áreas culturales, desde el Ártico hasta los bosques. Se exhiben objetos que revelan un alto grado de adaptación al medio, pertenecientes a los esquimales de las costas e islas árticas de Alaska, Canadá y Groenlandia. La caza de focas y caribúes determina la vida nómada de este pueblo, que aprovecha el producto de la caza para elaborar vestidos, tiendas, cubiertas de embarcaciones, utensilios como arpones e incluso grasa, que se quema en lámparas de piedra para obtener calefacción y luz. En contraste, la costa noroeste, que corre desde el sur de Alaska hasta el norte de California, es el hábitat de un pueblo sedentario que, sin ser agricultor, vive gracias a la abundancia de recursos marinos, entre los que destaca el salmón. Además se muestran ejemplos de su destreza para tallar la madera, como postes totémicos, máscaras rituales y cajas de almacenamiento. En ellos se representan los mitos de algunas tribus, como los tlingit, kwakiútl, tsmshian, nootka y haida. Otros ejemplares excepcionales son el cobre y una manta achilkat, objetos suntuarios de los jefes de más alto rango y que podían ser regalados durante la festividad llamada potlatch, con la que refrendaban su jerarquía. En la región de los Grandes Lagos, que forma parte de la extensa área de bosques que comprendía desde la costa atlántica hasta el Misisipi, se desarrollaron pueblos que, gracias a la riqueza y variedad de recurso naturales, ponían igual énfasis en la caza, pesca y recolección que en la agricultura de maíz, frijol y calabaza.


Sureste de Asia
Esta región comprende las penínsulas de Indochina y Malaca, el archipiélago de Indonesia y las islas Filipinas. Los grupos semang de Siam, dedicados a la caza y la recolección, están representados con objetos de bambú como cerbatanas, carcajes, dardos, un tarro contenedor de veneno y la paleta para untarlo. En ocasiones se habla de la cultura del bambú para referirse a ellos, pues fue la planta más aprovechada en la zona gracias a su dureza y flexibilidad, que permite la fabricación de gran cantidad de utensilios, como recipientes, cuchillos, adornos, peinetas e instrumentos musicales, algunos de los cuales se exhiben en sala. Los grupos cultivadores de arroz se organizan en tribus y son descendientes de los constructores de los antiguos imperios, que edificaron importantes obras arquitectónicas e hidráulicas y controlaron el comercio marítimo entre India y China. Destacan los trabajos en metal, como armas y joyería, en los que se aprecia la destreza en el arte de la orfebrería.


Mares del Sur
Esta gran región está integrada por cuatro áreas culturales: Melanesia, Polinesia, Micronesia y Australia. Los pueblos hortícolas y cazadores de Melanesia desarrollaron una cultura material que giraba en torno a los orígenes de la aldea, la supremacía del hombre y los ritos propiciatorios para favorecer las actividades productivas. El llamado triángulo polinesio comprende, al norte, las islas Hawai; al este, la isla de Pascua, y al oeste, las islas de Nueva Zelanda. La comunicación en esta zona se llevó a cabo gracias a la habilidad para la construcción de embarcaciones con flotadores laterales, que daban estabilidad en alta mar (se exhiben en sala maquetas de estas canoas). La sociedad polinesia estaba dividida en horticultores, guerreros, sacerdotes y una casta dominante que comprendía a un jefe y su familia, a la que la comunidad debía veneración, tributo y obediencia. Micronesia es un área con características comunes a las dos anteriores. Sobre ésta se destacan las diferencias en las tallas en madera de máscaras que, en contraste con las melanesias, sólo son pintadas en blanco y negro. Se exhibe la reproducción de un mapa empleado por estos pueblos navegantes. Por último, Australia está representada por pueblos cazadores recolectores, con una cultura material en apariencia pobre. Como pueblos nómadas, su utillaje era escaso pero eficaz, que es uno de los motivos por los que conservaron su cultura por milenios.


África subsahariana
La sala está agrupada en temas que ilustran la compleja cultura de estos pueblos: magia, música y una síntesis histórica. Muchos de los habitantes del África occidental, pueblos aldeanos dedicados a la agricultura de roza y quema, conviven en frontera con la selva, que simboliza la fuerza vital de la naturaleza. Esta cercanía con animales salvajes está representada en objetos ceremoniales, como la máscara kponyugu, donde un ser fantástico posee fauces de cocodrilo, cuernos de antílope, dientes de jabalí y la piel moteada de la hiena. En la frente lleva un pájaro cálao relacionado con la fertilidad, que sostiene a un camaleón, el primer ser que llegó a la tierra. Cuando aparecen estas máscaras durante los funerales, se considera que llevan consigo el alma del difunto de regreso a la selva.


Mediterráneo. Un mar de culturas
Durante miles de años la humanidad subsistió de la caza y de la recolección. Sin embargo, en distintas épocas y regiones como en el sur de Europa, el norte de África, la península de Anatolia y el área de Siria-Palestina se implementó la agricultura. Esto permitió el surgimiento de las llamadas “primeras civilizaciones” que se desarrollaron de manera independiente, aunque interactuaron entre sí.
En la primera parte de este recorrido por la antigüedad, se agrupan obras que en su mayoría pertenecen a las culturas griega y romana; mismas que se nutrieron de desarrollos más antiguos como los de Persia, Mesopotamia y Egipto, que aparecerán en salas posteriores.

Sala del Pueblo Sami
Los samis son un pueblo indígena que habita el área Sápmi, integrada por el norte de Suecia, Noruega, Finlandia y la península de Kola (extremo noroeste de Rusia). Sus casi 100 mil habitantes conviven con la población nacional de estos países. Con una larga historia en la región del Ártico, han generado vínculos armoniosos con su entorno natural. Se les asocia con el pastoreo de renos, aunque también se dedican a otras actividades económicas como la pesca y la caza. Hablan nueve lenguas distintas y conservan sus trajes tradicionales, usados en celebraciones que refuerzan su identidad. Mantienen aspectos de su vida tradicional nómada, que han integrado con elementos tecnológicos de la vida moderna.
A pesar de la discriminación sufrida por la prohibición de su idioma, sus prácticas religiosas y el despojo de sus tierras, continúan luchando por la preservación de su identidad cultural y sus derechos. Consciente de esta lucha, la Sala del Pueblo Sami honra la historia y la resiliencia de este pueblo indígena de Europa.

Servicios

  • Biblioteca
  • Visitas guiadas
  • Talleres y cursos
  • Ciclos de cine
  • Elevador para personas discapacitadas
Fecha de fundación

4 de diciembre de 1965
 
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Fecha de última modificación: 27 de mayo del 2024, 20:48
Información proporcionada por:
Red Nacional de Información Cultural
Coordinación Nacional de Desarrollo Institucional/SIC
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