Memoria del Mundo de México

2016

El documento en cuestión, fechado el 30 de junio de 1715, forma parte de la denuncia que envió fray José Guerra, de la ciudad de Zacatecas, al Santo Oficio de la Inquisición, contra Pedro Ramos, quien confesó haber realizado prácticas supersticiosas y de hechicería en tres ocasiones. En el texto se refiere que Ramos, junto a otros dos mestizos, fue a un cementerio para recolectar “huesos de muerto”, los cuales le atraerían fortuna en el juego y con las mujeres. No obstante, el rito no funcionó, así que Ramos acudió con un indio, quien le recomendó conseguir un “huichichile” —colibrí— (vocablo derivado del náhuatl huitzilin o huitzitzilin), ave sagrada de los mexicas —considerada representación del dios Huitzilopochtli—, por lo que Ramos portó en su tocado el colibrí prendido de una flor que representaba el corazón para que surtiera el efecto deseado. El expediente fue remitido al Santo Oficio junto con una bolsita, la cual contenía un papel arrugado cubierto de una tela deshilachada, que cubría a su vez un colibrí y un pequeño pedazo de madera. Esta disposición de los objetos era característica de los amuletos para el amor, preparados desde hace siglos.