Baja California
La cocina en la república mexicana
Descripción
Los dos estados californianos están marcados en su comida por la privilegiada localización geográfica de la península: nos referimos, por supuesto, a la incidencia de los productos del mar en los platillos de esa alargada región, de casi 2,000 km de longitud.
Los mares del estado de Baja California, tanto el océano Pacífico como el golfo de Cortés, enriquecen sus mesas con los más diversos pescados, lujosos crustáceos como langostas y camarones gigantes y variados moluscos que incluyen almejas (voladora, chocolate, mano de león y otras), formidables callo de hacha y abulón. En ocasiones con suerte, se puede comer fresco este último (en filetes empanizados) en un tradicional restaurante francés en Ensenada.
También por ese rumbo, hacen tacos de pescado y pueden conseguirse tacos de machaca de langosta.
En el llamado Mercado Negro y en carritos ambulantes muy higiénicos de la misma Ensenada, venden deliciosos cocteles y ceviches, estos últimos habitualmente en tostadas. Un poco hacia el norte, en Rosarito y sobre todo en Puerto Nuevo, es famosa en sus muchos restaurantes la langosta acompañada de arroz, frijoles y tortillas, para hacer tacos sui generis con sabrosas salsas.
En Mexicali son de gran abolengo los restaurantes chinos, por la antigua y numerosa población de ese origen, integrada a México desde hace varias generaciones.
En la misma capital bajacaliforniana fue inventado el clamato, (anglicismo proveniente de clam: almeja, y tomato: jitomate); ese jugo envasado suele aderezarse en los bares con varias salsas de botella, y con vodka ya es famoso en todo el mundo. Por cierto, al parecer, en Tijuana fue creada la ensalada César, a base de lechuga, queso parmesano y pan.
En varios lugares hacen crema de elote con arroz, machaca o carne seca deshebrada de pescado, albóndigas con chicharrón y otras especialidades locales.
Sus ricos tamales de atún provienen de ese pescado enlatado; las empacadoras del estado son las principales del país y, por supuesto, también fabrican la sardina ovalada, o sea en lata de esa forma y con salsa de jitomate. (Tal recipiente ya está consagrado en todo el país como medida popular en los mercados.)
También hacen los tamales de Güemes, que contienen carnes de puerco y de pollo aderezadas con aceite de oliva, aceitunas y pasas.
Los dos estados californianos están marcados en su comida por la privilegiada localización geográfica de la península: nos referimos, por supuesto, a la incidencia de los productos del mar en los platillos de esa alargada región, de casi 2,000 km de longitud.
Los mares del estado de Baja California, tanto el océano Pacífico como el golfo de Cortés, enriquecen sus mesas con los más diversos pescados, lujosos crustáceos como langostas y camarones gigantes y variados moluscos que incluyen almejas (voladora, chocolate, mano de león y otras), formidables callo de hacha y abulón. En ocasiones con suerte, se puede comer fresco este último (en filetes empanizados) en un tradicional restaurante francés en Ensenada.
También por ese rumbo, hacen tacos de pescado y pueden conseguirse tacos de machaca de langosta.
En el llamado Mercado Negro y en carritos ambulantes muy higiénicos de la misma Ensenada, venden deliciosos cocteles y ceviches, estos últimos habitualmente en tostadas. Un poco hacia el norte, en Rosarito y sobre todo en Puerto Nuevo, es famosa en sus muchos restaurantes la langosta acompañada de arroz, frijoles y tortillas, para hacer tacos sui generis con sabrosas salsas.
En Mexicali son de gran abolengo los restaurantes chinos, por la antigua y numerosa población de ese origen, integrada a México desde hace varias generaciones.
En la misma capital bajacaliforniana fue inventado el clamato, (anglicismo proveniente de clam: almeja, y tomato: jitomate); ese jugo envasado suele aderezarse en los bares con varias salsas de botella, y con vodka ya es famoso en todo el mundo. Por cierto, al parecer, en Tijuana fue creada la ensalada César, a base de lechuga, queso parmesano y pan.
En varios lugares hacen crema de elote con arroz, machaca o carne seca deshebrada de pescado, albóndigas con chicharrón y otras especialidades locales.
Sus ricos tamales de atún provienen de ese pescado enlatado; las empacadoras del estado son las principales del país y, por supuesto, también fabrican la sardina ovalada, o sea en lata de esa forma y con salsa de jitomate. (Tal recipiente ya está consagrado en todo el país como medida popular en los mercados.)
También hacen los tamales de Güemes, que contienen carnes de puerco y de pollo aderezadas con aceite de oliva, aceitunas y pasas.
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Fecha de última modificación: 20 de octubre del 2008, 11:07
Información proporcionada por:
Red Nacional de Información Cultural
Coordinación Nacional de Desarrollo Institucional/SIC
u-lcb
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