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Prácticas sociales, rituales y actos festivos

Rancherías de la sierra de San Francisco: Las Calabazas, Guadalupe, Santa Martha, San Francisco, Baja California Sur.

El espacio del rancho enmarca a una de las tradiciones rurales originarias del pueblo sudcaliforniano, el cual es portador de toda una cultura heredada por las misiones jesuíticas: punto de partida de los asentamientos humanos locales contemporáneos. En él es posible identificar algunos referentes originarios de la cultura rural regional que se suman a la explicación de las manifestaciones inmateriales que tienen significaciones mayores. Uno de ellos, quizás el mejor preservado en la sierra de San Francisco, es la música tradicional, cuya práctica es recurrente en las festividades y conmemoraciones de estas sociedades que fueron fundadas en lo alto de la sierra por vaqueros, soldados y ayudantes de las misiones. De ahí, que la esencia musical provenga de las herencias intangibles de la Colonia. En la actualidad es posible reconocer a algunos rancheros que se reúnen en grupos musicales de tres o cuatro miembros para entonar melodías tradicionales del siglo XVIII, XIX y principios del XX. Alrededor de estas interpretaciones comúnmente se realizan bailes en los corredores de los ranchos, como bodas y quinceañeras. Debido a las condiciones geográficas, al aislamiento, a las actividades agropecuarias típicas de estos asentamientos y a su situación económica, la periodicidad es de diez o doce veces al año. Como ya se dijo, los antecedentes históricos de esta práctica se ubican en la Colonia, de lo cual su mayor reflejo se encuentra en los instrumentos musicales que se utilizan y en la base rítmica. Así, la guitarra es utilizada como elemento central. El contrabajo o tololoche, es la base armónica de las notas graves. La redova, mantiene la rítmica y métrica de los temas, y en el acordeón o “cochi” se basa el guión melódico o la tonada y armonía de las canciones. En algunos casos se utiliza el bajo sexto, instrumento de 12 cuerdas llamado así por su capacidad de tonalidades graves. La base rítmica es la polca, redova, chotis, ranchero o campirano. Los ritmos son: 2/4, 3/8 y 6/8.

La música rural tiene en estas comunidades una vocación de unión familiar y consolidación de otros elementos culturales que tienen que ver con el habla popular, la cocina tradicional, las festividades patronales, las tareas productivas y la supervivencia de los rasgos identitarios del rancho. Para el ranchero la música se convierte en un elemento que recrea su festividad y se convierte en aglutinante del tejido social.

Las tradiciones culturales de los ranchos sudcalifornianos, se han transformado o han ido desapareciendo debido a diversas razones: la apertura de estos espacios a la modernidad, el impacto de tradiciones semiurbanas y urbanas, la depresión económica de la zona y la migración a otras regiones culturales. La música no es ajena a estas transformaciones que ponen en riesgo su salvaguardia en el porvenir.

Las circunstancias obligan a crear estrategias que permitan preservarla. Algunas de ellas son: la incentivación de actividades económicas tradicionales en la región, la promoción de estos grupos sin que pierdan su esencia cultural, así como programas de investigación que les permitan reconocer sus rasgos originarios y el valor que tienen dentro de los procesos sociales en la Sierra de San Francisco.