Susannah Glusker examina en esta excelente biografía las cuatro comunidades de Anita: la de la diáspora judía, el legado de una comunidad leal a su pasado, con la capacidad suficiente como para resistir las persecuciones y trascender la condición de víctimas; la de México y su revolución, y la lucha por el desarrollo civilizatorio y por el avance de las mujeres; la del radicalismo en Norteamérica, y la de las mujeres que aspiran a comportamientos no regidos en detalle por el patriarcado. Su vida entera es un legado por examinarse y asimilarse, es una figura del Renacimiento Mexicano y una de las mujeres radicales de su época más congruentes y persistentes.