Un escritor meridiano: Alberto Quintero Álvarez no es meramente un ejercicio biográfico. Es más, sus páginas dejan de lado las anécdotas y curiosidades triviales de su vida para enfocarse en asuntos como la producción literaria, la importancia del poeta dentro de una generación, así como su participación en la vida cultural mexicana de los años treinta y cuarenta del siglo veinte. Alberto Quintero Álvarez, miembro de la fructífera generación de Taller –la misma de Efraín Huerta, Octavio Paz y Rafael Solana–, muerto a los treinta años, el poeta de Saludo del Alba y Nuevos cantares –sus únicos dos libros publicados en vida–, el mismo para quien la naturaleza de su natal Acámbaro, Guanajuato, sirve para reflejar un estado emocional, un espacio contemplativo a través de su poesía, es el Alberto Quintero Álvarez-mito a quien se menciona muchas veces más de las que se le ha leído. Tal vez por eso Juan Pascual Gay escribe estos cuatro ensayos, con la intención de saldar una deuda pendiente, no personal, sino de todo un pueblo hacia el poeta acambarense.