Este breve pasaje de La Feria (1963), es sólo uno de los muchos, referentes a Colima, que forman parte importantísima de esta novela tan célebre ya en el ámbito de las letras castellanas del siglo XX. Colima y gente de Colima se incorporan al universo narrativo arreoleano y son segmentos esenciales de toda un alma colectiva que se manifiesta a través de la forma clausular, tan perfecta y tan bella surgida de la pluma de este poeta juglaresco, de este demiurgo, de este mago de la palabra hablada y escrita.