Con las imáginas podemos conocer el entorno de los hechos; una fotografía no sólo nos muestra rostros sino modas, sitios, objetos y rasgos de las épocas que se perdieron en el tiempo. Una historia gráfica siempre se agradece, y en este caso concreto, el de la historia de la música, lo agradecemos doble, por que mediante este estudio podemos encontrar rasgos, que los historiadores toman en cuenta raras veces, como las formas y materiales de los instrumentos musicales, los afiches impresos donde se anunciaban los eventos, además de las fotografías donde se captura el momento en que ocurre la música. Podemos ver los rostros de la audiencia mientras disfrutan de una opereta o zarzuela en uno de los teatros de moda en la ciudad.