Este libro estalla en silencio. Es el recordatorio de que la sangre quema. Esta sangre rivereña y milenaria que no se está quieta. Este borbotar tirando madrazos a la negación del amor. Estas fantasías de ciudad fronteriza de victimización humana. La trampa biológica tan triste como los atardeceres con polvo. Y este libro es parte de la vida. Una manifestación de la vida. Aquí está la pulsación secreta, el ritmo escondido de lo que está en todas partes, surgiendo como ojo de agua para el ojo de carne ávido y sediento.

Obtuvo el Premio Estatal de Literatura 2002 en la categoría de periodismo cultural.