La cuna no es donde nace sino donde se mece la criatura, dice la sabiduría popular. Y dice bien. Porque la Casa de la Cultura nació en la mente de gente inquieta y loca de atar. Artistas locales para más señas y académicos de El Colegio de Michoacán, preocupados por el cultivo de la niñez y la juventud. Desde luego que no se partió de la nada, simplemente se recreó en distinta circunstancia la idea de lograr un espacio para cultivar las artes, despertar inquietudes, alentar el espíritu; en fin, una Casa de la Cultura.
La primera cuna se tejió en una especie de tertulia en El Cardenal, una taquería, y el taller de Arturo Hernandez sobre la Avenida Madero, antes de la actual plaza comercial de ese nombre. Reuniones y repartos para tramar el parto se dieron ahí. Luego itinerantes en una academia comercial. En el régimen municipal del cardiólogo Vicente Villa, de buen corazón, tuvimos –dijo el mosquito-- mediante acta de cabildo de 1982, las primeras rudimentarias paredes y un pobre suelo. Hagan de cuenta un pesebre, guardando las proporciones.
En el inconcluso auditorio municipal la Casa inició actividades, gracias a los recursos brindados por el médico Villa y la ayuda técnica de su director de urbanismo, Guillermo Castellanos (arquitecto de su propio destino). La criatura contó con registro civil notariado en 1984, Casa de la Cultura del Valle de Zamora, A. C. Y para no pecar de ingratos, va en ello un grato recuerdo a Don Panchito Castillo, miembro fundador y gestor en el trámite legal. Sin embargo, todavía no nos asentábamos para ser un grupo de acomodados cuando los campesinos de la CNC nos invadieron. Ni una alma salió en auxilio de la CCVZ.
Pese a los pesares, atrás de la antigua catedral, ahora santuario, trabajó la Casa de la Cultura del Valle de Zamora. Ofreció una variedad de actividades culturales, exposiciones, conciertos, lecturas, obras de teatro, cine club, un largo etcétera. Daba gusto y contento ver a multitud de criaturas y jóvenes en los talleres de artes. Sobre todo, resultaba insuficiente el espacio en el verano. Pero a partir de 1987 cambió la atmósfera en el entorno. Clérigos faltos de amor al prójimo no concibieron la convivencia de espiritualidades. Así que chocaron concepciones, idealismo de artistas y materialismo clerical.

2 de mayo de 1984

Galería.

Talleres:
Artes visuales: Dibujo artístico y pintura creativa.
Danza: Baile moderno, ballet folklórico, fitness aeróbico, zumba, ballet clásico, gimnasia artística.
Música: Teclado, guitarra acústica, canto y coro, batería, bajo eléctrico, guitarra popular.