Mimo. Se inició en el arte de la pantomima al lado de su hermano Guillermo Arámburo en la Compañía Adonis, de la cual llegó a ser director, dramaturgo y el mejor actor. Con Adonis viajó por todo México, a la desintegración del grupo se instaló en la Ciudad de México, donde inició la tradición del mimo callejero. Fue el primero en contar historias y en involucrar al público en el espectáculo de la pantomima. Fue considerado como el Pierrot mexicano. Su talento lo llevó a representar de una manera muy peculiar el sarcasmo, la ironía y la gracia con melancolía; sus mimodramas se hicieron populares entre los mimos posteriores a él. Dentro de sus mayores méritos destaca el haber llevado la pantomima pública de México a Latinoamérica.