Alfarería y cerámica
Talavera

Vajillas, tibores, lebrillos, macetas, cajas, fruteros, candelabros y azulejos.

Barro negro, rosa y arcilloso, caolín, pigmentos minerales, estaño, plomo o esmalte libre de plomo.

Moldes de barro o yeso, pinceles, tornos manuales y eléctricos, hornos de leña o gas.

Se prepara el barro con cuidado, se forma la pieza en el molde o torno, se deja secar, se procede a la primer quema o jagüete, se aplica el estaño y plomo, decora con pincel y procede a la segunda quema a una temperatura promedio de 1050 grados centígrados.

La tradición de la Talavera de Puebla surge en los albores de la Colonia y sus productos se encontraban en muchos hogares novohispanos; continuó su fama durante los siglos XIX y XX.

El mercado ha ido marcando niveles de especialización de los artesanos entre el mercado comercial, la loza fina y las innovaciones con colaboración de artistas y diseñadores.

Los procesos y materiales requieren un manejo cuidadoso para no ocasionar problemas de salud ocupacional y ambiental.

Talavera de Puebla constituyó la primera Denominación de Origen otorgada a un producto artesanal en México; sin embargo, sus normas de operación han tendido a excluir a la mayoría de talleres tradicionales.
El taller de Uriarte fue uno de los más reconocidos.
César Torres Ramírez, de Puebla, ha sido reconocido como Maestro del Arte Popular Mexicano por Fomento Cultural Banamex, debido a su apego a la técnicas tradicionales.

La forma de producción lleva el nombre genérico de Mayólica en Europa y latinoamérica; se nombró en Puebla Talavera por su similitud con la realizada en Talavera de la Reina, en España.

Espejel, Carlos, Cerámica popular mexicana, Editorial Blume, Barcelona, 1975, pp. 57-64.
Grandes maestros del arte popular mexicano: colección Fomento Cultural Banamex, Fomento Cultural Banamex, México, 2003, pp. 130-133.